El hombre que camina I, 1960, por Alberto Giacometti, Escultura en Bronce, (Surrealismo-Existencialismo), Carnegie Museum of Art, Pittsburgh, Estados Unidos

Arte / Escultura / Surrealismo / Alberto Giacometti / El hombre que camina



Como reflejo y vivo testimonio de su proceso más creativo a través del arte figurativo, Alberto Giacometti crea El Hombre que camina I de 1960, que junto con el Guernica de Picasso o la Columna sin fin de Constantin Brancusi, entre otros, está considerado como verdadero icono del arte moderno del siglo XX y auténtica obra maestra de todos los tiempos. La pieza épica de escultura, de 1.80 metros de altura y fundida en bronce, se produce justo después de que el artista fuera expulsado del grupo surrealista ideado por André Bretón, además del triste fallecimiento de su padre, que le dejará marcado para siempre; « Durante cierto período quise aferrarme al volumen, y las proporciones se volvieron tan pequeñas que desaparecieron. Entonces quise ceñirme a una cierta altura, y las proporciones se volvieron más estrechas… todo lo que puedo decir es que una cabeza o un cuerpo con proporciones que no son las reales parecen más vivas que las que tienen proporciones reales… Tienes una cierta cantidad de arcilla, y al principio sientes que has dado más o menos el volumen correcto. Y luego, para hacerlo más real, la vas quitando… podrías estirar la obra hasta el infinito. Si trabajas un pequeño grupo de arcilla, parece hacerse más grande. Cuanto más lo trabajas, más grande se vuelve. » Alberto Giacometti.

el-hombre-que-camina-boceto-dibujo-alberto-giacometti-495 arriba, boceto de un hombre caminando, 1951, por Alberto Giacometti: « Desde siempre, la escultura, la pintura o el dibujo han sido para mí medios para comprender mi propia visión del mundo exterior, y sobre todo del rostro y del conjunto del ser humano. »; abajo, Giacometti trabajando en El hombre que camina



A lo largo de su carrera como escultor y artista, Giacometti forma parte de varios movimientos artísticos vanguardistas del siglo XX entre los que se encuentran el Cubismo y el Surrealismo. No obstante, a partir de los años cincuenta se interesa por el existencialismo, influencia visible y muy clara en su obra titulada “El hombre que camina”. El Existencialismo fue un movimiento filosófico originado entre los siglos XIX y XX que se centró en el estudio de la condición humana, las emociones, así como en el compromiso individual y la libertad, situando al ser humano como núcleo de la reflexión filosófica y lo calificó como un ser humano sin ataduras y totalmente autoconsciente del mundo entero que le rodea. Jean Paul Sartre y Albert Camus, fueron dos de las figuras clave en este período.

Proyecto-para-la-Chase-Manhattan-Plaza-Hombre-caminando-Mujer-de-pie-y-Cabeza-sobre-una-base-Alberto-Giacometti-1959
arriba, idea original para la Plaza One Chase de Manhattan, Nueva York, por Alberto Giacometti, 1959 (Hombre caminando, Mujer de pie, y Cabeza sobre una base); abajo, estudio de El caminante de Auguste Rodin, por Alberto Giacometti

el-hombre-que-camina-caminante-giacometti-rodin-drawing

El origen del Hombre que camina surge del encargo realizado por el Chase Bank de Nueva York para un proyecto público destinado a la plaza neoyorkina One Chase Manhattan. Sin embargo, a pesar de que Giacometti concibe varias esculturas previas con esta temática, el artista abandona el proyecto y crea dos esculturas llamadas: “El hombre que camina I” y “El Hombre que camina II” de similares características. La inspiración previa que encontró Giacometti para realizar su hombre caminando se debió sin duda a la escultura “El caminante” de Auguste Rodin, escultor al que admiró profundamente durante toda su trayectoria, y quien se convirtió en uno de sus principales referentes. Al igual que la obra Rodin, el Hombre que camina de Giacometti se inclina hacia adelante en actitud positiva, y simboliza la voluntad de descubrir el mundo. Su rostro, muy expresivo, al no estar totalmente definido, hace suponer que representa a la generalidad de la especie humana.

el-hombre-que-camina-trabajando-taller-alberto-giacometti-495
« Me di cuenta de que nunca podría hacer otra cosa que una mujer inmóvil y un hombre caminando. », Alberto Giacometti; abajo, imagen de las tres figuras que hubiesen decorado y embellecido la Plaza One Chase Manhattan de Nueva York a modo de arte urbano o arte en el espacio público.

el-hombre-que-camina-mujer-de-pie-cabeza-sobre-una-base-museo-alberto-giacometti-495

El hombre que camina del escultor suizo Alberto Giacometti (1901 -1966) está realizado en bronce de una sola pieza, sin pulir, y trabajado de una forma totalmente artesanal en su taller del barrio parisino de Montparnasse. Su aspecto filiforme, característica incansable del artista en la mayor parte de sus obras, —buscando siempre cierta experimentación con la figura humana—, consigue representar al ser humano a través de una figura masculina solitaria, de la que únicamente podemos adivinar sus formas más elementales. « No existe espacio, tiene que ser creado… Cada escultura basada en la suposición de que existe el espacio está mal, sólo existe la ilusión del espacio », Alberto Giacometti. El hombre que camina nunca llegó a su destino final en la Plaza One Chase del bajo Manhattan en Nueva York. Sin embargo, el artista lo expondrá dos años más tarde en la Bienal de Venecia de 1962, donde recibirá el prestigioso León de Oro, que lo convertirá en uno de los artistas contemporáneos más importantes de nuestro tiempo.


El mundo surrealista de Giacometti es único e irrepetible. Pocos artistas como él supieron captar la reflexión del ser individual humanizando el barro de forma libre. Sus esculturas son extremadamente finas y delgadas de aspecto surrealista, figuras humanas muy alargadas, desproporcionadas, muy expresivas y de textura rugosa.

La obra maestra de Giacometti se inclina con el torso hacia adelante y con la pierna derecha adelantada, en el acto de avanzar (reflexión y acción), que diría Gaudí, (para avanzar se necesitan las dos piernas, la acción y la reflexión), y con los brazos pegados al cuerpo. El artista consigue captar el movimiento a través de la disposición de las finas piernas del personaje en el simple gesto de andar, destacando las grandes manos y los gigantes talones, —en comparación con el resto del cuerpo—, que además de estar anclados a la tierra, parecen levitar y despegarse del suelo para continuar con su marcha. El estilo surrealista de la obra lo encontramos en la propia estructura filiforme del personaje, (a modo de finos hilos), ya que sus piernas y brazos son extremadamente largos y delgados en comparación con la realidad, sin ninguna apariencia de músculos, como si tan sólo hubiese representado la piel y los huesos. La piel del personaje es de textura rugosa y áspera, como llena de cicatrices, lo que da la sensación de cierta fragilidad. A su vez, la figura parece algo inestable, como si le costase mantener el equilibrio, algo que el artista soluciona de manera sobresaliente con la base o pedestal que le aporta a la escultura la estabilidad necesaria para seguir en pie y que pueda continuar su camino.

walking-man-Carnegie-museum-pittsburgh-giacometti-O

Ficha: El hombre que camina I (Walking Man)
Escultor-Artista: Alberto Giacometti (1901 -1966)
Estilo: Surrealismo-Existencialismo
Fecha de creación: 1960 (París, Francia)
Material: Bronce
Dimensiones: 180,49 x 26,97 x 96,97 cm.
Localización: Carnegie Museum of Art, Pittsburgh, Estados Unidos







Contenido relacionado