Cabeza de Medusa, 1600-01, por Caravaggio (Barroco Italiano), Galería de los Ufizzi, Florencia, Italia

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En la mitología clásica, Medusa era un monstruo tremebundo con cuerpo femenino cuya cabellera estaba formada por serpientes venenosas. Varios de los mitos dicen que Medusa sedujo a Poseidón, y por eso fue desterrada. La criatura era tan fea y espantosa, que su mirada petrificaba (convertía en piedra) a todo aquel que la mirase fijamente o se acercase a ella. La leyenda cuenta que el héroe griego Perseo pudo localizarla con el reflejo de su escudo y sin mirarla directamente, logró decapitarla. Al cortarle la cabeza, el semidiós salvaba a Andrómeda y de la sangre del cuello que salía a borbotones nacía Pegaso (el caballo alado). Utilizando su propio rostro como modelo mediante un espejo convexo, de forma muy similar a lo que hizo Parmigianino con uno de sus autorretratos, el artista logra escenificar magistralmente el momento en el que Perseo degolla a la Gorgona, monstruo infernal, y de cuyos gestos, —especialmente el de la mirada—, podemos intuir el tremendo dolor y sufrimiento que debió sentir la tan desdichada protagonista en tal acto fatídico. Medusa era una de las tres Gorgonas, hijas monstruosas de los dioses marinos Forcis y Ceto.

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A comienzos del siglo XVII el Cardenal Francesco María Del Monte, (principal Mecenas de Caravaggio), y como regalo a su protector Fernando I de Medici, encargaba al joven Caravaggio un escudo con la cabeza de Medusa, ese es el origen de la obra. Como era costumbre y gusto en el Barroco italiano, y tal como podemos apreciar en la Scala Regia de Bernini o la Galería Spada de Borromini, —donde recrearon de manera muy acertada la famosa perspectiva ilusionista—, Caravaggio adapta aquí su lienzo al escudo de madera redondo a modo de tondo después de haber sido pintado por el maestro. A pesar de que el escudo de madera de álamo tiene una superficie cóncava, la tela del artista presenta una apariencia totalmente convexa, especialmente en la parte central, donde se encuentra más hundida o deprimida. De esta forma se enfatiza aún más por el pintor la sensación de que la figura esté encerrada en el abismo del inframundo creando esta ilusión óptica, y por tanto parezca encontrarse en un auténtico viaje sin retorno. La expresión horrorizada deja palpable el chillido eterno de Medusa al ver su propia monstruosidad reflejada en el escudo (espejo) de Perseo.



Perseo-con-la-cabeza-de-Medusa-Cellini-escultor-bernini-495 izq, Perseo con la cabeza de Medusa (1545-54) en La Loggia della Signoria de Florencia, por Benvenuto Cellini y dcha. Busto de Medusa (1644-48), por Gian Lorenzo Bernini, Museos Capitolinos, Roma, Italia






El tema es mitológico, pero Caravaggio nos muestra una escena totalmente humanizada y cargada de gran realismo. Para ilustrar el trágico momento, el gran maestro del barroco italiano, —máximo representante del tenebrismo—, recurre a un rostro distorsionado de gran dramatismo y profunda agonía, debatiéndose prácticamente entre la vida y la muerte. Sus ojos asombrados con el ceño fruncido denotan el grito eterno e infinito que sale por su boca, que pone de manifiesto estar siendo totalmente consciente del hecho ocurrido. Después de pintar la medusa, el artista expresaba su opinión sobre ello: "todo cuadro es una cabeza de Medusa. Es posible vencer el terror a través de la propia imagen del terror. Y todo pintor es Perseo". Caravaggio nos sorprende con algunos detalles interesantes como el cuello chorreante de sangre, así como la admirable representación de las serpientes enroscadas alrededor de la cabeza. El escudo pintado por Michelangelo Merisi da Caravaggio es meramente decorativo. Sin embargo, la medusa fue un motivo frecuente en los escudos de los guerreros, ya que se creía auyentaban e intimidaban sobremanera al enemigo. El tema de Medusa fue llevado también a la escultura por otros artistas importantísimos como Benvenuto Cellini en el Renacimiento, Gian Lorenzo Bernini en el propio barroco o Antonio Cánova en el Neoclasicismo.

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Ficha: Cabeza de Medusa
Autor: Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610)
Estilo: Barroco italiano
Fecha de creación: 1600-01
Soporte y materiales: Óleo sobre lienzo montado sobre un escudo de madera de álamo a modo de tondo.
Dimensiones: 60 x 55 cm.
Localización: Sala 90 de la Galería de los Ufizzi, Florencia, Italia







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